Como casi todas las personas, yo también lleno mis agendas de garabatos inspirados en aburridísimas reuniones de trabajo o de carácter político. Eso sería fatal sino nos permitera descubrir que buen y descontracturado soporte suelen ser las agendas para hacer lo que a uno le viene en ganas en el momento que sea. Porque a veces en este soporte surgen trabajos que ván más allá de los garabatos y -llegado el fin del año- antes que la agenda pase al olvido eterno, yo guardo los garabatos que más me gustan en alguna carpeta y otros, como este, los comparto, por ejemplo, acá.
Buen 2016 para todos.
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